4/6/15

Esta muerto, ahora pone música.



Perdido en un bosque, la señorita se pierde con sus ojos húmedos, lanzado al mundo como un ser inservible, termino mi estadía en vuestro planeta tierra como un ser inservible. Tan predecible que me hubiera gustado escapar del frondoso bosque matutino, las bestias atacan por sorpresa cuando la noche cobija a los criminales y la luz se vuelve escasamente necesaria.

Perdido en un bosque, la señorita corría con una herida en su tobillo, trate de seguir sus huellas pero su marca se adentraba más y más hacia el interior de este desesperado bosque. ¿Dónde está señorita? ¿Por qué huyo de mí?

Perdido en un bosque del cual desconozco su nombre. Las ninfas aparecen en mis peores pesadillas para mostrarme el camino erróneo, tengo frío y hambre. Estúpidamente soy exactamente igual al bebe que solía ser el primer día en vuestro planeta, tan inservible y asustado de la nada.

Perdido en el bosque, la sangre de la señorita de fríos ojos se observaba por todas las rocas ¿fue devorada por una bestia? ¿Tengo que preocuparme de ella?


Sentimiento de culpa, ¿tenía en mis manos la fuerza para salvarla? En estos momentos debe estar muerta, asesinada por la naturaleza que la vio crecer. Que la vio morir. 

Este sueño es tan divino, tan fantasioso.

Necesidad de objetivos, necesidad de estímulos que puedan mejorar el día, no saber que quiero, ¿Por qué hago todo esto? ¿Por qué estoy estudiando estadísticos y residuos? Valores perdidos y variables, los quiero asesinar uno por uno, desahogarme con su muerte para así poder descansar de tanta basura junta. Es tan aburrido.

No lo necesito, no espero aprender todo esto, solo necesito un rumbo, ¿Qué hacer? No lo sé, tanta incertidumbre en cada pensamiento, en cada palabra que sale de mi boca, tanta bazofia junta. ¿Lo sabias? ¿Conocías este sentimiento tan irracional?

Quiero escapar, no quiero seguir con estas inicuas clases que me producen indigestión. Me quedaría a hablar de mis problemas pero se está haciendo tarde, tan perdido en esta ciudad donde las puertas se cierran una por una. Donde no puedo encontrar motivaciones o claridad dentro de toda esta neblina que nubla mi camino. La vida continúa y si no la sigues morirás.


¿Falta de madurez? Siempre he tenido ideas claras, o al menos pensaba que las tenía, no tenía miedo al futuro porque el presente era demasiado hermoso, pretendía jugar y estudiar, odiar y amar, caminar y dormir. Nada más, nada menos. 

Ahora mi cabeza esta acomplejada por cuestiones banales, ¿necesito a un soberbio psicólogo? Estoy estudiando para llegar a serlo. Lo odio.


Púdranse, cada uno de sus autores, cada ideología filosófica, cada pensamiento mental ¿Estímulo y respuesta? 


Hablar de ellos, hablar de mi o de ti, no conozco a nadie, por ende no puedo amar u odiar a nadie, hablan entre ellos, proponen planes para el fin de semana. Se conocen entre ellos, con sus modas y estereotipos copiados desde un país desarrollado. Tengo clases de mentiras, de mentiras para aprender a mentir. Es obvio ¿No?


El profesor pedía que nos juntáramos en diferentes grupos y cada integrante tenía que decir una cualidad buena al otro, aun sin que lo conociera, aun cuando jamás hubiera visto su rostro. Era mi turno y tenía que decirle algo bueno a cada uno, inventaba en mi retorcida cabeza algo que se le pudiera aplicar a ellos, algo que se pudiera relacionar, así sucesivamente fui diciendo mentiras y más mentiras, los integrantes del grupo me observaban y sus rostros se tornaban felices, hasta algún sujeto me lo agradeció. Solo eran mentiras.

Al llegar mi turno de recibir halagos, cada uno de ellos tenía que decirme una cualidad buena, los escuche uno por uno, y mi estado de ánimo incremento, se formó una minúscula sonrisa, me agradaba lo que escuchaba. Eran halagos que jamás pensaba recibir. 

Termino la clase, todos se fueron con el ánimo elevado, yo estaba agradablemente positivo. Caminando pensé un poco más, caminando el positivismo desapareció, todos esos halagos eran porque el profesor así lo dicto, ese era el ejercicio que todos tenían que hacer, las cosas que yo les dije a los demás eran falsas porque no los conocía, ellos también mintieron porque no conocían nada de mí, solo lo dijeron porque era obligación.

Todo era mentira para aprender a ser un hipócrita, me resulto plástico, una porquería, una ilusión, un estímulo temporal que se diluye con los pensamiento. Nada de eso era real. 

Me sentí molesto pero a la vez pude abrir los ojos, reaccionar para no quedar encerrado en la hipocresía misma. 

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