Llorar y empezar a escupir sobre nuestra propia raza
no volverá a la vida a un animal extinto. No servirá de nada.
Sobre ese rostro de carne y huesos existe algo
intangible que nos provoca reacciones aleatorias en cada sentido de nuestra
vida, un golpe involuntario, un llanto que se transforman en ríos de lágrimas y
muchas risas que no son de nada amigables si las observadas desde afuera, en
donde la puerta se mantiene cerrada mientras estés allí.
Los monstruos te buscaran cuando duermas sobre el
terrón de azúcar mientras las tropas de hormigas lo trataran de robar por la increíble fuerza que tienen sus
pequeñas garras. Abrir los ojos para mirar, acercarse para oír mejor, abrir la
boca para meter alimentos en tu estómago y empuñar la mano para hacer daño.
La frecuencia está apunto de coincidir para escuchar
los maléficos planes que tienen los aseados monstruos de traje y corbata que no
son más que pobres almas sin rumbo hacia el limbo.
Se quedan varados en medio de la carretera bajo una
luz de medianoche en busca de respuestas en lugar de caminar a casa, llevan
arrastrando una muñeca mutilada de mil maneras hasta el punto que cada paso que
dan el trapo deja un ojo de botón en el piso del fondo.
¡Que esta temporada será mi gran re juventud! Que este año seré otro y cambiare en todo….. ¿Te
digo algo? Será la misma mierda de ayer, será la misma mierda de hoy y
¿adivinas? Será la misma mierda de mañana por el resto de tus días. Un cambio
de año o estación no te proporcionara de forma divina un cambio radical, no te
volverás más fuerte al pasar un día, no tendrás más personalidad al entrar al
mundo real, no, nada de eso, es algo erróneo que nos metemos a la cabeza lleno
de cábalas he ideas supersticiosas que nos beneficiaran en el futuro ¡Mentira!
Las aspiraciones que tenemos no se consiguen con
estúpidos juegos, nuestras metas se idealizan cuando nos ponemos de pie, el
inicio de todo ser humano es dejar de gatear y escupir palabras, y tal vez nos
falte vida para llevar a cabo estas dos simples acciones.
Yo tengo un sueño, como un día hermoso donde pierdo
el vuelo, mi sueño utópico es tener dinero y salud, descubrir tierras lejanas y
comprender el mundo con la legua más famosa de la tierra, pero no tengo una
motivación, no existe nada al otro lado por lo que trate de luchar. Nadie
me espera al cruzar la meta.
Por eso me creo mis propias motivaciones, sé que son
falsas y que al recorrer mi objetivo jamás seré recompensado, no lo hago por
nadie, tan solo lo hago por falsos recuerdos que trato de implantar en mi mente
para sentirme a gusto conmigo mismo.
No lo hago por relaciones de sangre, no lo hago por
mi perro muerto o alguna persona especial, ya que esa persona aún no existe y
probablemente jamás vaya a existir. Recorre tu sendero solo, llora junto a la
almohada de mediodía, pon el pestillo y haz amigos con la oscuridad y la música
¿redes sociales? A la mierda las putas redes sociales, no necesito comentarios
o un estúpido pulgar pixelado, no necesito de amigos que jamás conoceré, no
quiero ser parte de algo plástico que solo se derretirá cuando llegue el sol.
¿Una rosa? ¿Una rosa blanca? ¿Una rosa negra? ¿Por
qué no me das una abeja para que me dañe? O mejor ¿Por qué no el tallo llenas
de espinas filosas?
Es como una rosa, todos ven la hermosura de sus
pétalos y su grandioso centro, pero nadie se fija en las abejas que están a
centímetros que picarte, nadie observa las espinas que te harán sangrar y
sufrir hasta llevarte a la tumba pudriéndote por tu incapacidad de razonar, de
no ver la parte humana y solo excitarte con las partes físicamente atrayentes,
no eres más que un bastardo del montón en busca de poder reproducirte al igual
que lo animales, no puedes ver más allá, más lejos del horizonte para encontrar
el interior que tanto ocultaba dicha rosa. Tal vez te falte vida para
entenderlo.
Su exquisita risa que lanza en momentos de
felicidad, su maliciosa carcajada que tira cuando llora, tienen el mismo sonido,
la felicidad como la desdicha para ella suenan igual. Cuando la escuches no
sabrás si está llorando o está riendo, no sabes si tiene una gran emoción de
saber que es madre o que su bebe allá muerto en el interior de su vientre. Es
misteriosa porque sus labios así lo estiman conveniente, llega cuando menos la
esperan, se pierde cuando la buscamos, se va cuando no sentimos su presencia,
sus ojos son esquivos y sus sentimientos aún más.
Calla cuando no es necesaria y lanza palabras
perdidas que casi siempre escuchamos con atención porque su boca permanece
sellada gran parte del tiempo. Sus gustos y disgustos son desconocidos, algunas
cosas se pueden extraer de su monótono comportamiento, pero toda esa
información es inútil ya que es demasiado escasa y común entre todos. No
existen registros de proclamación ni ideas idealistas que nos afecte de su
parte. Deja hacer y deshacer, no critica ni reclama demasiado.
Liviana y suave como unos pétalos de claras rosas,
levitan sobre nuestras cabezas templadas, el cigarrillo se consume en su boca y
oscurece sus pulmones de carbón ferroviario, alquitrán de carreteras y veneno
de escurridizas ratas grises. El humo es sinónimo de idiotez, el cáncer de
muerte y los cigarros son los pilares de su ataúd.
No sabes tocar ese instrumento ¿para lo muestras a
la gente como si fueras un profesional? de las partituras que parten el aire de
la atmósfera que radia calor y sudor, sudor y calor.
Posas por apoyo de amistosos desconocidos, sacas fotos de tus ojos y rostro que solo
interesan a una gran manada de amigos intercambiables. No quiero entrar a ver
eso, pero mi estúpida curiosidad me hace presionar el sucio botón pegajoso que
me muestra mucha basura concentrada que se llena de más basura atraída por el
sobro del viento benigno.
Quiero escapar, librarme de estos estados de
idiotez, ellos que escupen estados filosóficos que ni siquiera ellos mismo
entienden.
Ellos que comparten imágenes de gatitos y osos
amigables con idiotas frases de esfuerzo ¿para qué mierda sirve? Levanta tu
sudado trasero y hace algo.
Yo soy el
peor ejemplo.
Ellos que solo les interesan los pétalos carnosos de
carne enferma en transmisiones venéreas contagiadas por fluidos íntimos.
A ellos y ellas, a esa manada de risas y amor libre,
a ellos, esos alcoholes y cigarrillos de movimiento verde, de movimiento de
idiotez. Comprendo que tu estilo sea natural, si tu estúpida hierba es tan
natural y la fumas, entonces ¿Por qué no fumas un poco de mercurio que también es
natural y dejas de fastidiar? Existen preocupaciones mayores y tú lloras por no
poder aspirar humo en lugares públicos. No te entiendo.
Tan lejanos a esta preocupación que me aqueja, como
una piedrecilla dentro de la zapatilla rota,
pero a la vez tan cercanos, todos los días me cruzo sus rostros a la
hora de clases, a la hora de recreos y a la hora de trabajo. Lo único que compartimos son el idioma, la
raza, los estúpidos modismos y la cuidad que nos vera morir tarde o temprano.
¿Por qué no escapar y dejar que ellos se pudran en
su ignorancia? ¿O tal vez nosotros nos pudriremos en este escape sin sentido?
Toma la cruda mano y no la sueltes, toma el puñal y
ocúpalo para eliminar a vuestros hermanos inoportunos que terminaron por destruir tu pacifica vida, llenos de gatos
tiernos que no soporto, llenas de ideas que me producen indigestión, llena de
una cabeza tremendamente limitada y con cero imaginación para crear y que solo
sirve para destruir.
¿El problema soy yo o son ellos? ¿Es que adaptarme a
esta frívola mansión destruida me limita en todo? Incluso a lo que más me gusta
hacer, los trazos sobre el papel mudo ya no son los mismo de antes, ahora no
existe el silencio y el descanso placentero cuando no me importara que mi
vecino muriera, cuando no importaba que había de comer. Puesto que ahora tienes
que marcar tu territorio como un sucio animal de calles, ahora tienes que
revisar si queda comida para los días subsiguientes a mi pequeño descanso que
me queda.
Las agrupaciones multitudinarias me molestan a mí alrededor, odio ese tipo de gran cuello que parece un pulgar o un tronco
de árbol viejo, sus ojos tan negrecidos con maquillaje barato, perdón ¿era mujer?
…. Pues no parece.
Ella, que inquieta a la sala con su idiota risa que
nos desconcentra en momentos de concentración, estremece mi mente que tirita
sobre mi cabeza. A ella le gusta ser el centro de atención, le encanta ser
escuchada, pero jamás escucha, tiene el don de la palabra casi siempre, es una
chica que me gustaría verla sola para que entienda lo que se siente ser
silencioso.
Más discreción.
Menos estados.
Más silencio.
Menos idiotez.
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